Consumación de la independencia en Nuevo Santander
Como consecuencia de lo pactado en Iguala por parte de Agustín de
Iturbide y Vicente Guerrero, en lo que hoy es Tamaulipas se desató una
ferviente aceptación por la independencia, comenzando así la transición del
virreinato al México independiente.
Marvin Huerta Márquez
En lo que hoy es Tamaulipas, las
noticias de los hechos ocurridos en guala el 24 de febrero de 1821, llegaron
hasta mediados de marzo siguiente. La importancia del Plan de Iguala y el
entusiasmo que género en el virreinato el acuerdo firmado entre Guerrero e
Iturbide socavaron el poder de las autoridades realistas de la Nueva España. El
17 de junio de 1821 el comandante Arredondo envió a José María de Echegaray,
gobernador de Nuevo Santander, un oficio en el que ordenó “poner luego sobre
las armas a todas las compañías de milicias de este distrito y las hiciera marchar
por Tula a San Luis Potosí con dirección a México poniendo a su frente a su
oficial más antiguo…” añadía el comandante en el mismo oficio el requerimiento
de que los vecinos de los ayuntamientos de los pueblos franquearan caballos y
vivieres para que pudiese marchar la tropa “cuyos valores les serian
satisfechos por la hacienda pública bajo las formalidades requisitas…” el
oficio en cuestión insertaba un comunicado del virrey de fecha siete del propio
mes en el que se expresaba que la capital del virreinato iba a ser cerrada por
las tropas de los sublevados de Iturbide.
Representación de la entrada de Iturbide a la Ciudad de México
En nuestra provincia, desde abril
de 1821 conspiraban en Aguayo el capitán Antonio Fernández de Córdova,
Francisco Guerra, Eleno Vargas, Pedro de la Garza, Francisco de la Garza, Eleno
de Vargas, Pedro de la Garza, Francisco de la Garza y Miguel de la Garza,
quienes se reunían en la casa de don José Honorato de la Garza juntamente con
otros. Tenían juntas nocturnas y fueron delatadas sus actividades al gobernador
Echegaray, quien se encontraba entonces en San Carlos, enviando al teniente
Juan Guerra a interrogarlos. Guerra era prudente, simpatizaba con la insurgencia
y se condujo en forma que no perjudicaba a los conspiradores.
El primero de julio del citado
1821, a las once de la noche, el teniente Nicolás del Moral, civiles
vecinos soldados de la compañía de
granaderos juraron la independencia en Saltillo a pesar de los preparativos de
Arredondo para impedirlo. Los acontecimientos se precipitaron también en San
Luis Potosí. El coronel José Antonio Echeverri llegó allí el dos de julio
habiéndose acordado el tres, por los vecinos, las autoridades y las corporaciones
civiles y eclesiásticas, proclamar la independencia, cuyo juramento solemne se hizo
el día siete con la aprobación del intendente. El día 5 se juró en Linares,
tanto por el ayuntamiento como por la compañía provincial al mando del capitán
José María Muñoz, quien informó a Iturbide die días después que en Padilla, no
se había hecho aún la proclamación porque el párroco de la villa se oponía al
juramento, pues él era hijo del reino de Castilla (provincia ibérica) y amigo
de Arredondo.
En los primeros días de julio se
consolido en el país el movimiento de insurgencia cimentándose la fuerza
política de Iturbide, pero en Nuevo Santander el gobernador Echegaray se resistía
a proclamar la independencia, según lo revela el oficio que envió el coronel
Echeverri a Iturbide el 10 de julio.
La villa de San Carlos era al
tiempo de la proclamación de la independencia la sede del cuartel de la primera
compañía volante de caballería del Nuevo Santander.
Después que el potosino Zenón
Fernández proclamara la independencia en Rioverde, invitó al gobernador
Echegaray para que se pronunciase también por la independencia, pero sabiendo
Eleno de Vargas por la persona que traía el mensaje, las intenciones de Fernández
y conociendo que Echegaray siempre se había opuesto al movimiento, cito a los
conspiradores informándoles del mensaje, reuniéndose 70 u 80 vecinos en junta
que presidio el alcalde José Antonio Fernández, quien invito al gobernador para
que secundase la proclamación, con la amenaza que de lo contrario, seria
“despojado de su investidura”, añadiendo que no habría por parte de los vecinos
la menor invocación en su persona o empleo. Ante eso, el gobernador pidió
tiempo para consultar a su consejo de gobierno y se le concedió, procediendo a
armar a quince de sus adeptos para respetar su autoridad, pero se percató del
apoyo a la junta insurgente por parte de los vecinos armados y cedió jurando la
independencia nacional para después dirimir, pidiendo fuese respetada su
persona.
De tal manera, la independencia
fue proclamada en estas tierras por el propio gobernador José María Echegaray
en Aguayo, el 7 de julio de 1821, habiendo enviado a todas las villas de la
entidad el mismo día, una circular para que se jurase la independencia con las
corporaciones, vecindarios y autoridades militares y eclesiásticas. Así se hizo
en la provincia de Nuevo Santander, constando que en Santander Jiménez, se
proclamó el 14 de julio “todo por arreglo del Plan del señor coronel don
Agustín de Iturbide, poniendo sobre la mesa un Santo Cristo y el Libro de los
Santos Evangelios, siendo todo con plausible gusto y repique de campanas”.
La junta gubernativa designó al
capitán Francisco Fernández de Córdova gobernador del Nuevo Santander al
recibir la renuncia de Echegaray, pero no aceptó el cargo, nombrándose entonces
Felipe de la Garza, quien tenía el grado de coronel.
En agosto de 1821 el comandante
Arredondo renuncio a su cargo, pues los vecinos de Saltillo no lo reconocieron,
siendo sustituido por el teniente Gaspar Antonio López. En tal virtud, Arredondo
salió de México por Altamira con rumbo a Cuba.
Concluía de esa manera una época
de la historia de México y de Tamaulipas para abrirse otra etapa difícil en la
que habrían de destacar los hombres que actuaron en la guerra de independencia,
tanto en el bando realista como en el insurgente, pues el Plan de Iguala abrió amplias
posibilidades políticas a los militares realistas.
José María Echegaray fue designado gobernador militar y político del
Nuevo Santander entregándole posesión del cargo en Altamira el 1 de mayo de
1819. Se le confirió el nombramiento por el rey Fernando VII, sustituyendo a
don Juan de Echandía, quien tenía el cargo de gobernador interino.
Era la capital de la colonia del Nuevo Santander la villa de Aguayo
desde mayo de 1821, antes lo habían sido Santander Jiménez de 1750 a 1769, San
Carlos de 1769 a 1811, la misma villa de Aguayo de 1811 a 1817, Soto la Marina
del 15 de junio al 12 de agosto de 1817 y San Carlos nuevamente desde esa
última fecha hasta mayo de 1821 que se trasladó la capitalidad a Aguayo con
motivo de los acontecimientos que sucedieron tras el Plan de Iguala.
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