Llera durante el porfiriato


❱❱A finales del siglo XIX y albores del XX, la
primera villa de Tamaulipas superaría
momentos de crisis electoral, desmanes de
bandidos, incendios y cambios políticos que
afectarían la historia misma de todo el estado

Por: Marvin Osiris Huerta Márquez

En 1876, tras el triunfo del Plan de Tuxtepec, reformado en Palo Blanco, que llevó al poder a don Porfirio Díaz, el gobierno del Estado organizó una nueva fuerza militar en los municipios de Xicoténcatl, Magiscatzin y Llera.

En el año de 1880 el doctor Práxedis R. Balboa se desempeñaba como Agente del Timbre en Llera, cargo que ostentó hasta enero de 1886 cuando lo sustituyó don Delfino Balboa. El médico Balboa fue padre de un futuro gobernador de Tamaulipas.

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Kiosko de Llera de Canales.


En noviembre de 1881 el Congreso de Tamaulipas decretó que la villa de Llera, se denominara en lo sucesivo "Llera de Canales", en honor del general Servando Canales, hombre fuerte de Tamaulipas y que en ese año había fallecido.

A mediados de septiembre de 1883 se reportaba concluida la línea telegráfica que uniría a Tampico con Ciudad Victoria y en el transcurso del mes quedarían establecidas las oficinas de esa nueva línea en las poblaciones de Llera, Xicoténcatl y Magiscatzin; tiempo también necesario para que llegaran desde la Ciudad de México los telegrafistas que operarían en dichas oficinas.

A principios de enero de 1885 se estableció en el municipio una buena banda de música, la cual serviría para dar serenatas en los parajes públicos. Los instrumentos fueron comprados con lo recaudado por un grupo de particulares.

A principios de 1886 ocurrió un motín en la villa, el cual fue promovido por una docena de descontentos que fueron a atacar la guardia de la cárcel, resultando en la grezca dos muerto y tres heridos.

Tras la muerte de Servando Canales, el gobierno estatal dispuso
agregarle su apellido al municipio de Llera

Durante los comicios de 1887 para renovar los poderes municipales, los ánimos se caldearon en la villa de Llera, pues tanto los Baecistas como los Rendonistas se peleaban por el poder político local. Como durante los comicios el grupo de Rendón resultó triunfante, sobrevino la violencia. El 31 de diciembre de 1887, fue asesinado el señor Rendón, lo cual exaltó los ánimos y odios, que dieron como resultado más hechos violentos. Al amanecer del 29 de febrero de 1888, fue asaltada la villa por una partida de malhechores, siendo asesinados varios de los individuos que tenían en el municipio carácter de autoridad, así como también algunos vecinos pacíficos. Ese mismo día en la noche, llegaron las noticias al gobierno del Estado, quien de inmediato dispuso que saliera un piquete de seguridad pública al mando del coronel Francisco Vargas a perseguir a los maleantes. Ese mismo día, don Ascensión Rodríguez, alcalde segundo del municipio, acudió ante don Gregorio Mercado, juez del Registro Civil, para notificarle los nombres de los fallecidos: refiriendo que en el ataque ocurrido a las seis de la mañana, murió Epigmenio Rodríguez, joven sastre de 30 años, quien pereció a consecuencia de los balazos y machetazos recibidos; Juan Sánchez, viudo de 38 años y de oficio comerciante; Hermenegildo Ruiz, de cincuenta años y de oficio jornalero y Cristóbal Muñiz, labrador de 30 años. Informó también el alcalde Rodríguez que un día antes de caer sobre la villa de Llera los malhechores atacaron el rancho del Picacho, donde murieron: Julián Acuña, Lorenzo Acuña, Juan Perales, Medardo López y Porfirio Zapata. Se sabe que uno de los muertos era regidor y que los maleantes lo sacaron por la fuerza de su rancho La Purísima Chiquita y lo asesinaron frente a su familia. Como conocedor del terreno y de los protagonistas, el coronel Vargas pronto aprendió a ocho de los implicados.

El gobernador Alejandro Prieto mencionó que durante los últimos diez años Llera había sido escenario de muchos hechos sangrientos, donde se habían presentado hechos verdaderamente salvajes, promovidos por la discordia política que dividía en dos bandos a los habitantes del municipio. Toda esta situación trajo como consecuencia que la agricultura en el municipio decayera y que dos terceras partes de su caserío estuviera desierto y en ruinas.

Durante la gestión del gobernador Prieto se realizaron las gestiones necesarias para que la villa retomara el nivel de vida que tenía antes de los conflictos políticos, siendo la agricultura la punta de lanza para que el municipio resurgiera de las cenizas.

Para 1892 un observador recorría la nueva vía del tren y daba noticias del gran avance que tenía el municipio, principalmente en la siembra de algodón y caña de azúcar.

En 1895 don Cristóbal Picaña solicito a la Secretaria de Fomento su anuencia para aprovechar las aguas del rio Guayalejo.

El periódico El Tiempo, editado en la Ciudad de México, publicaba el 22 de octubre de 1899 “El Itmo. Sr. Obispo Dr. Don Filemón Fierro encuéntrese en el pueblo de Llera”.

Para el año de 1900 se tienen noticias de que existía un rancho llamado El Naranjo el cual se localizaba en un cañón frondoso al pie de la sierra. Esta comunidad era propiedad de don Jesús Castro, Juan Tovar y Estefana Castillo. El censo de ese año señalaba que ahí vivían 33 hombres y 34 mujeres. Tiempo después en 1931 esta propiedad pasó a ser el ejido Galeana, localizado sobre la carretera nacional México-Laredo.

En el año de 1906 el edificio de la presidencia municipal fue destruido por un incendio; además se quemaron algunas otras casas aledañas, en total tres manzanas, por lo que el ayuntamiento funcionó en locales particulares hasta el año de 1926.

En el año de 1908 se habló de nueva cuenta sobre el antiguo proyecto para unir a Tampico con la vía del ferrocarril central, pasando por Jaumave, Llera, El Forlón y Tula.

Durante el año de 1910, en la antesala de la revolución y del final del porfiriato, el gobierno de Tamaulipas mandó reparar el canal de la villa de Llera y para el mes de septiembre los trabajos estaban ya terminados, tal como lo declaró en el Congreso estatal el diputado A. J. Argüelles.

En el año de 1910 el presidente municipal de Llera era el coronel Guadalupe Herrera, siendo el secretario del ayuntamiento don Everardo S. Ruiz.



Durante el siglo XIX y los primeros años del XX, los presidentes municipales en México tenían un periodo de sólo un año. Durante el porfiriato, los alcaldes que gobernaron el municipio de Llera de Canales, Tamaulipas, fueron:

1879 Nemesio Gómez

1880 Nemesio Gómez

1881 Antonio Morales

1882 Albino Obregón

1883 Cnel. Guadalupe Herrera

1884 Nemesio Gómez

1885 Rafael Rendón

1886 Gregorio Morado

1888 Candelario Castillo

1895 Andrés Castro Sánchez

1902 Cnel. Francisco Vargas

1904 Felipe Ruiz

1905 Simón Ramírez

1906 Simón Ramírez

         Filiberto Sánchez (Int.)

1907 Simón Ramírez

          Cayetano Gutiérrez (Int.)

1908 Simón Ramírez

1909 Cayetano Gutiérrez

1910 Cnel. Guadalupe Herrera

1911 Ascensión Rodríguez






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